No es como si pudiera expresar por escrito lo que Salinger hizo por nosotros, los individuos disfuncionales. Tampoco podría hacerlo oralmente, y sin duda no de forma emotiva.
Jerome David Salinger ha muerto, y sin embargo nosotros, que nos parecemos tanto a Holden, seguimos vivos y despotricando sobre lo que nos rodea. Que así sea: buenas noches, dulce príncipe.
jueves, 28 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario